Bueno, bueno, bueno... Aquí estamos un día más dispuestos a contar lo acontecido, os voy a hacer un pequeño resumen para vagos o para gente que no haya podido leer anteriores entregas:
-Mi novia resulta ser alguien que no es.
-Guarda un gran secreto.
-Tengo que ir a Japón para encontrarme con ella.
-Una vez en Japón me contará el secreto.
-En japón me persiguen dos matones.
-Una misteriosa chica con la que ya había tenido un encuentro en el aeropuerto se sacrifica por mí siendo abatida por un disparo.
-Los matones me alcanzan.
-Un japonés les deja KO.
-El japonés me secuestra.
Pues eso es a grandes rasgos donde nos quedamos.
De acuerdo, una vez el japonés logró reducirme -no tardó más de dos segundos-, me metió en un coche, un Lexus último modelo, no sin previamente amordazarme y me subió a la parte de atrás. Dentro estaba esperándome una japonesa de unos 22 años, muy maciza y un hombre de color -o negro- de 2 metros y otros tantos de ancho, un portento físico.
Yo estaba tumbado en ropa interior y sabía que desde la perspectiva de la japonesa y el mazas seguramente se me vería un huevo, pero no era lo que más me preocupaba en ese momento, la verdad.
-¿Cuándo y dónde vas a encontrarte con tu novia?- Por fin el mazas se decidió a hablar.
-¿Qué novia? Yo he venido a hacer turismo.
El tipo me cogió la pierna y apretó con fuerza, pero con dos pelotas aguanté estoicamente el dolor.
-¿Eso es todo lo que sabes hacer? Chihuahuas han violado mi pierna con más presión.- Le dije mientras por dentro gritaba "mamáaaaaaaaa".
-Mira crío, mi paciencia tiene un límite, o nos dices donde está esa terrorista -aquí las cosas dejaron de hacerme gracia- o vas a pasarlo muy mal.
-¿Terrorista? ¿Cómo que terrorista? ¿Ella es...?
-Bien, te sigues haciendo el tonto, no me dejas otra opción...
Yo no me estaba haciendo el tonto, realmente no podía decir nada de mi "novia" porque no sabía nada. En ese momento ví cerca mi final, el tipo metió su mano en el bolsillo de la chaqueta y cuando parecía que iba a sacar una pistola... ¡Sacó una pluma de pato! Es algo que me alivió porque estaba un paso más cerca de la supervivencia y por lo tanto, de poder ver algún día la nueva película de Batman, que con la gracia aún no había podido. El tío comenzó a hacerme cosquillas y aunque al principio era muy soportable, al rato empecé a volverme loco, nunca habían estado 45 minutos haciéndome cosquillas y créedme, cansa.
Como vieron que no soltaba prenda lo dejaron, el tiparraco me cogió como si fuera un chorizo ibérico y me llevó dentro de una enorme mansión a las afueras de Tokyo. Me tiró en un sótano, me golpée la cabeza y quedé inconsciente.
Al despertarme había un ventilador gigante delante mío.
-Charles, charles, despierta.
Veía una forma femenina, creía ver a mi novia... Sí, estaba seguro que era ella.
-Charles, ¡Charles!
Al abrir más los ojos, vi claramente que no, pero era alguien sorprendente no obstante, la chica supuestamente "muerta".
-Tú... -dije adormilado- Tú eres la chica que me ha salvado, ¿Cómo has...?
La chica llevaba el brazo entablillado, así que supongo que le dieron en su hombro o brazo.
-Eso no importa ahora, tienes que decirme lo que sepas sobre la chica con la que has estado este tiempo. Todo.
-No se nada y aunque lo supiera... ¿Cómo se que es lo correcto?
-Tú chica hizo cosas muy malas en el pasado y debe pagar por ellas, de verdad, haces lo que debes de hacer.
-Aún así, ¡No puedo decir nada! No sé nada de ella que os pueda interesar, sólo se cosas sobre su tapadera.
-Pueden resultar útiles igualmente.
-Está bien: Le gusta Brad Pitt, los helados de chocolate, jugar a la wii, bailar música...
-Definitivamente no, no va a resultar útil.
Al decir esto salió el japonés y el negro desde las sombras, entre uno oscuro y el otro enano, cualquiera les veía. Algo no me olía bien... Llevaban una maquinilla de cortar el pelo... No, lo que fuera menos eso. Antes de que lo que me temía ocurriese, menée mi melena afro de manera vibrante y mi móvil y cámara de espía comprada en Ebay hace 4 años -sabía que serías útil algún día- cayeron a la raja de mi culo, quedando ahí por si los necesitaba.
El momento fatídico tocaba su hora... Me agarraron y me llevaron a un lavabo de la casa, era un cubículo, claustrofobia máxima... Intenté zafarme pero... No pude evitarlo, aún resuena el sonido de la afeitadora de pelo en mi cabeza...
En fin, esto es lo que ocurrió:
jueves, 21 de agosto de 2008
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