miércoles, 4 de febrero de 2009

TRUENOS RELAMPAGOS ¡¡¡YO OS INVOCO!!!

La lluvia es intensa, los truenos resuenan en mis oídos, oh dios, porque no me dejas en paz. Puedo escuchar los gritos de las señoras porque las ropas se les mojan. Puedo oír la lluvia incesante caer en bandada desde el cielo para inundarnos de su humedad y dolor.

El sonido es repetitivo e incesante, miles de gotas caen sin cesar en mi ventana, en mi patio, en mi techo, puedo oír todos esos pequeños golpecitos que multiplicados en cantidades abismales, me llevan a pensar lo peor, viento, frío, humedad, aquel que no tenga refugio sufrirá bastante.

Yo solo puedo ver el exterior con dolor en mí pesar, es tarde y mañana la gente tendrá que madrugar. Yo por el cambio solo puedo escribir estas líneas pensando en que será de mí mañana cuando me levante tarde y somnoliento y no haya colacao para echar en la leche.

La lluvia parece ir cesando en su estruendo, parecen no escucharse los truenos y parece por fin terminar cediendo la lluvia que tanto ha agitado mi mente y mi alma. Esa lluvia cargada de lágrimas de niños, que quieren un trenecito con el que jugar.

Ahora que ha cesado me pregunto ansioso, si debería haberme puesto algo encima, una capa o un gorro curioso, salir a fuera, grabarme entre lluvias y truenos y gritar al cielo:


¡YA OS TENGO CATETOS!

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